En los últimos años la figura de Juan Manuel de Rosas cobró identidad con el establecimiento del feriado nacional por el Día de la Soberanía, en referencia al suceso de la Vuelta de Obligado y también por el revisionismo restablecido por el kirchnerismo como ideología gubernamental. La vuelta al relato de la historia liberal que busca implantar el macrismo pone en tensión ambas visiones.
Frente a la historia mitrista liberal surge como consecuencia de la crisis capitalista de 1929 una nueva visión histórica. Los revisionistas cuestionan a la historiografía liberal imponiendo otros próceres e hitos de la historia nacional entre ellos Rosas. Ambas corrientes historiográficas fundamentan su concepción en una mirada orientada a la interpretación de diversos sectores de la clase dominante.
Rosas fue gobernador de la provincia de Buenos Aires (1829-1832/1835-1852), la legislatura le asignó todo el poder político, militar y el manejo de las relaciones internacionales. De esta manera, Rosas organizó la llamada Confederación Argentina en acuerdo con las provincias federales, frente al centralismo porteño. Su poder constituye un engranaje político e ideológico en favor de la oligarquía terrateniente del territorio bonaerense.
Así lo expresa Milciades Peña. Durante el gobierno de Rosas, los estancieros de Buenos Aires y en menor medida los del litoral acrecentaron y consolidaron una acumulación de tierras, vacas y peones. Esta elite acumuló capitales también por la producción ganadera, los saladeros y la pequeña industria del cuero, la sal y el tasajo. El gobierno de la Confederación Argentina expresó el poder de una clase capitalista nacional, los terratenientes.
Durante su gobierno la ganadería creció un 60% en el territorio nacional como también lo hicieron las ventas de carnes al exterior. Se eximió a los propietarios rurales del pago de impuestos. Rosas impulsó a la marina mercante para el control de los ríos del litoral y decreta la Ley de aduanas (1835) que prohíbe la entrada de producciones extranjeras que retrasen el mercado interno. A su vez acrecentó el régimen de puerto único (Buenos Aires).
Peña, discute desde esta afirmación con la concepción populista que Puiggros quién niega que bajo el gobierno de Rosas se haya desarrollado una producción capitalista. No solo afirma que durante la etapa rosista hay una acumulación capitalista sino que esta se basaba en relaciones sociales de producción asalariadas. La persecución y control de los vagabundos y de los gauchos tuvo la finalidad de incorporarlos forzosamente al sistema productivo basado en el modelo estanciero-saladeril.
La política contra el indígena tuvo el mismo sentido, la incorporación de tierras para la producción. Para esto estableció una doble política de negociación, cuidado y consideración con las “tribus amigas o aliadas” y persecución y muerte para las que no se sometieran a su mando.
Se consolidó un gobierno totalitario al servicio de la clase terrateniente. Como buen caudillo, se apoyó en las montoneras a la vez que las domesticó para evitar rupturas de los sectores populares y mantener el orden generalizado. Para esto articuló diversas estrategias de control.
La ideología católica fue utilizada para mantener el orden social, así fue como Rosas funda numerosas iglesias en la campaña y en 1831 dicta un decreto que establecía la obligatoriedad de asistir a la misa parroquial, para esto se cerrarían las pulperías, tiendas, los preceptores escolares estaban obligados a asistir con los niños todo esto bajo control policial.
El orden se mantenía bajo la Mazorca, a quien Di Meglio, define como un grupo parapolicial integrado mayoritariamente por empleados de la policía en actividad, cuya finalidad es controlar las prácticas políticas de los opositores. Persecución y muerte es su legado. La Mazorca fue utilizada como ejemplo para la organización de las distintas fuerzas para policiales como la Triple A en el tercer gobierno de Perón.
En 1845 dos potencias imperialistas, Francia y Gran Bretaña deciden intervenir en la costas del río Paraná para forzar la libre navegación de los ríos y fortalecer la relación comercial con Corrientes y Paraguay. Si bien Rosas, defendió los intereses británicos en el río de la Plata, no estaba dispuesto a permitir la intervención militar de las potencias. En la Vuelta de Obligado sobre el río Paraná se intentó impedir el paso de los buques extranjeros.
Este hecho histórico se recuerda el 20 de noviembre y bajo el gobierno el kirchnerismo a propuesta del historiador José María Rosa se declaró como Día de la Soberanía por la Ley 20.777. Entre sus fundamentos se señala: “es reconocida como modelo y ejemplo de sacrificio en pos de nuestra soberanía, contribuyendo la citada conmemoración a fortalecer el espíritu nacional de los argentinos, y recordar que la Patria se hizo con coraje y heroísmo”. El kirchnerismo utilizó al revisionismo y a la figura de Rosas para justificar sus negocios capitalistas. Rosas fue reivindicado como “defensor de la soberanía nacional” tanto por la derecha como por la izquierda peronista.
Esta gesta considerada heroica estaba muy lejos anular la dependencia económica que la elite terrateniente tenía con la potencia británica. Peña señala que Rosas fue, un inmejorable amigo de Inglaterra y su gobierno contribuyó a robustecer la oligarquía anglocriolla: “ya sabemos que los ingleses constituían unos de los principales grupos propietarios del país (de las 293 estancias bonaerenses, 79 eran de ingleses). Rosas aceleró ese proceso”. Otras decisiones afirman esta orientación: el recibimiento con honores en su llegada a Inglaterra en su exilio, en 1840 en plena crisis financiera ordena pagar una cuota a la Baring, en el tratado Arana-Southern de 1849 no se negocia la ocupación de Malvinas por Gran Bretaña desde 1833.
La oligarquía porteña y los estancieros del litoral habían acumulado capitales y buscaban nuevos horizontes en el mercado mundial. Estos de a poco le quitaron su apoyo. En el litoral surge una fuerza en defensa del libre comercio tras la figura de Urquiza. Apoyado por Brasil y Uruguay. Luego de la derrota de Caseros, Rosas embarcó hacia Inglaterra. Muere en Southampton, Reino Unido el 14 de marzo de 1877 ..